Bitácora LON-ORD
Yo diría que unos 30 viajamos en el vuelo a Chicago, no sorprende que BA haya cancelado la ruta. Vamos, que si hay que jugar a las sillas, aquí no pierde nadie.
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Esta vez es un Boeing 787, en el que solía volar a Londres desde Nueva York, está nuevo y son muy cómodos, las almohadas y mantas de Casper y los neceseres de cuidado diseño Made in USA. Leí, dibujé, jugué, dormí, comí y me quedo ya sin verbos. Un agradable viaje con ventanillas de vidrio electrocrómico que cuando se activan parece que estás en una boîte, o quizá en el submarino del capitán Nemo.
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Bien por los vientos, o la falta de tráfico la cosa es que llegaremos con una hora de adelanto a Chicago, ya estamos sobrevolando el Lago Michigan que con su dimensión te engaña pensando que sigues sobre el océano.
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Y ahí poco a poco entre la bruma aparece Chicago con su skyline de rascacielos.
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Las marinas están vacías, no han regresado los veleros
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2021