Reflexiones de la mano de Piano
Quizá peco de “sensible”, pero siempre he esperado algo mas de la arquitectura que el mero hecho de la construcción, funcionalidad, y estructura, mas o menos estéticamente correcta. Me gusta creer que tras tantos muros, pilares y cubiertas, se puede transmitir algo, o hacer que alguien capte, o se sienta mejor en un lugar que en otro. Por supuesto que todos estos logros son fruto del trabajo, del darle vueltas una y otra vez a ciertas ideas, y que no son iluminación divina como se podía esperar nada mas entrar en la escuela, buscando así una excusa a nuestro laborioso destino. Como leí hace poco en un libro de Renzo Piano en el que hablaba sobre “the mythology of creation”, decía: “Los artistas no son gente que tenga un don; mas bien son gente que domina una tekné y la utiliza para lograr su objetivo, que es el arte”.
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En cuanto a la arquitectura, Piano decía que el arquitecto “camina en el filo de la navaja entre el arte y la ciencia, entre la originalidad y el recuerdo, entre el atrevimiento de la modernidad y la cautela de la tradición”, y ¿a quién no le ha costado desconectar de las Matemáticas o Estructuras para pensar en su idea de Proyectos?, queramos o no (espero que sí), nuestra carrera, es parte científica y parte humanística, y eso se tiene que notar. También hablaba del peligro de caer hacia uno de los lados de la navaja, y creo que a veces nos dejamos caer, y hay muchas formas, desde el hacer oídos sordos al “rollo filosófico” que alguien nos cuenta ansiando que empiece a hablar de cosas concretas, hasta cuando se nos va todo por la boca, y nos pasamos el día intentando arreglar el mundo.
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“Cuando edificar se reduce a la mera técnica –un asunto de mecánica, organización y dinero- pierde toda su expresividad, toda su significación social, todo contacto con la vida”. “Me gusta pensar en el arquitecto como una persona que usa la técnica para crear emoción, una emoción artística, para ser precisos”. El libro es “The Renzo Piano Logbook”, (espero no haber tergiversado sus palabras al traducirlas...), y me han parecido curiosos ciertos textos que en él aparecen, además, es una recopilación de gran parte de la obra de este arquitecto italiano que tanto dio de que hablar al “plantar” su Georges Pompidou en pleno centro de París.
Loos decía: “El arte emociona, no produce placer, emociona a todos poderosamente, les guste o no les guste la obra; lo bello no es el placer, lo bello es cierta naturaleza de emoción intensa, y esa emoción cada uno la siente como agradable o desagradable, pero nunca con indiferencia”.
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2003